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Open Banking: Qué Es y Cuáles Son sus Características

24/1/2024

Si estás familiarizado con el término Open Banking, que en inglés se traduce aproximadamente como "Banca Abierta" o algo similar, es probable que lo hayas escuchado en discusiones relacionadas con el sistema financiero y la llegada de las fintech.

Sin embargo, ¿qué implica realmente Open Banking? ¿Se refiere acaso a que los bancos operen las 24 horas del día, tengan sus puertas abiertas o sean más inclusivos socialmente?

Compartir nuestra información con otras instituciones

La esencia del concepto de Open Banking radica en la posibilidad de que los clientes soliciten a los bancos compartir su información financiera con otras instituciones. De esta manera, terceros pueden ofrecer productos y servicios competitivos basándose en datos que, hasta ahora, estaban en manos exclusivas de ciertas empresas.

La innovación asociada con Open Banking representa una contribución significativa para nivelar el terreno de juego con otras entidades, como las fintech, que buscan competir con los bancos al ofrecer una variedad de productos y servicios especializados. Sin embargo, para que todo esto sea viable, se requiere una infraestructura tecnológica y reguladora que facilite el flujo fácil, rápido y seguro de esta información.

Imaginemos un escenario en un sistema financiero con Open Banking: un cliente interesado en obtener una cotización para un crédito hipotecario con varios bancos simultáneamente. En este caso, el cliente podría centralizar su solicitud a través de una startup que funge como comparador de precios. Esta startup enviaría una solicitud al banco del cliente para obtener su historial crediticio. Luego, el comparador compartiría dicho historial con otros proveedores de crédito, quienes lo utilizarían para evaluar el riesgo del cliente y ofrecer créditos adaptados a su perfil.

Otro ejemplo ilustrativo de Open Banking es la posibilidad de que los bancos permitan a otras empresas ofrecer servicios financieros utilizando la licencia bancaria del propio banco. Por ejemplo, las cooperativas agrícolas podrían proporcionar servicios financieros a sus miembros, los cuales, en última instancia, serían respaldados por el banco pero operarían a través de la infraestructura comercial y operativa de la cooperativa.

Profundicemos en qué es Open Banking realmente

Open Banking no es equivalente a la portabilidad financiera, aunque ambos conceptos estén estrechamente relacionados. En primer lugar, la portabilidad financiera, establecida por la ley 21.236 en junio de 2020, se limita a la capacidad de trasladar créditos, cuentas corrientes y cuentas vistas de una institución financiera a otra, de manera similar a la portabilidad numérica en el ámbito telefónico, que permite cambiar de empresa de telefonía sin modificar el número de teléfono.

La diferencia clave entre Open Banking y la portabilidad financiera actual radica en que esta última no abarca una infraestructura de información que facilite la transferencia electrónica y fluida de datos entre distintos bancos, sino que simplemente establece un procedimiento para compartir esa información.

Además, la portabilidad financiera se aplica exclusivamente a productos relacionados con operaciones de crédito de dinero reguladas por la ley 18.010. En contraste, con Open Banking, esta posibilidad podría extenderse a otros servicios que requieran información financiera, como seguros o evaluación de riesgos financieros necesarios para ciertas inversiones o contratos.

Cuál es la infraestructura del Open Banking

La infraestructura de Open Banking podría reducir significativamente los costos de transacción en diversos procesos relacionados con la adquisición de productos y servicios financieros. Esto se lograría al permitir a las personas evaluar varias alternativas de manera centralizada, sin tener que proporcionar una gran cantidad de documentos a cada entidad. Además, facilitaría a las entidades financieras conocer y evaluar rápidamente el riesgo de un cliente, sin necesidad de documentación interminable, fomentando una mayor competencia de precios y la creación de nuevos productos basados en información bancaria.

En cuanto a la preocupación sobre la privacidad de los datos, es importante destacar que, según las tendencias actuales de protección de datos, los bancos no son propietarios de los datos personales de los clientes, sino simplemente custodios de la base de datos en la que se encuentran. Los clientes tienen el derecho de compartir sus datos con quienes deseen y para los fines que consideren apropiados.

Sin embargo, para implementar operativamente un sistema de Open Banking se requiere una infraestructura tecnológica específica y un sistema de comunicación seguro entre las entidades que comparten información. Esto implica el uso de API con un protocolo estandarizado y seguro. La falta de estandarización podría dificultar la integración entre proveedores y consumidores de información, lo que sería costoso y lento.

A pesar de la promoción de Open Banking por parte de las fintech y la sociedad civil en Chile, actualmente no existe un esquema de Open Banking en el país. Se necesita voluntad política, aprobación de la nueva institucionalidad de protección de datos personales y un consenso técnico entre el regulador y las entidades financieras para avanzar en este sentido. En resumen, Open Banking representa un potencial disruptivo significativo para el sistema financiero, pero su implementación requiere más que voluntad política, incluyendo una sólida normativa de protección de datos y un consenso técnico en estándares de comunicación y autenticación.

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